Como cristianos que vivimos en Occidente, tenemos acceso casi ilimitado a las Escrituras, podemos estudiar en el instituto bíblico o seminario de nuestra elección y tenemos el privilegio de tener la mayoría de los grandes libros del cristianismo traducidos a nuestro propio idioma.
Esta ha sido la bendición de Dios para Occidente y no hay necesidad de que nos disculpemos por nuestra abundancia. Sólo se requiere de nosotros que seamos buenos administradores al utilizar nuestros recursos para el avance de nuestra propia fe y al poner los mismos recursos a disposición de nuestros hermanos y hermanas en el resto del mundo.
Departamento Misionero Areópago- trabaja con líderes, pastores, evangelistas y maestros a quienes Dios ha levantado para sí en algunos de los lugares más olvidados de América Latina y Europa. Aunque a menudo carecen de mucha formación formal, Dios les ha enseñado y los ha hecho competentes. En cierto sentido, haríamos bien en sentarnos a sus pies y aprender, pero en otro sentido, sus vidas y ministerios prosperarían aún más si tuvieran al menos algunos de los recursos que abundan entre nosotros. Por lo tanto, el objetivo de Areópago es proporcionar toda la capacitación y los recursos necesarios para hacer avanzar el Evangelio a través de estos líderes, pastores, evangelistas y maestros.
Antes de continuar, debemos reconocer que algunas de las enseñanzas exportadas por el cristianismo occidental están causando mucho daño a la obra de Dios en el “campo extranjero”. El evangelismo sin sentido y las doctrinas deterministas que han hecho mucho daño a la causa de Cristo en Occidente están teniendo una influencia cada vez mayor sobre los ministros de Cristo en el mundo mayoritario. En algunos casos, las mismas columnas del ministerio cristiano –predicación expositiva, oración intercesora, servicio sacrificial y evangelismo personal– han quedado en un segundo plano.
El objetivo de Areópago es animar a líderes, pastores, evangelistas y maestros a continuar esforzándose por conocer a Dios y someter sus vidas y ministerios a los dictados de Su Palabra. Para decirlo sin rodeos, nuestra pasión es demostrar a los hombres de Dios que la Palabra de Dios es todo suficiente para todas las cosas en la vida y el ministerio. Es “útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia; para que el hombre de Dios sea idóneo, preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).
En nuestro esfuerzo por alcanzar nuestra meta de edificar la iglesia y sus ministros, hemos adoptado los siguientes medios: conferencias bíblicas, distribución de la Biblia, distribución de literatura y educación teológica.